sábado, 14 de noviembre de 2009

Los Majaderos inician un nuevo vuelo

Suena una sucia guitarra. Le acompañan un bajo a volumen brutal y una batería maltrecha. Una voz rota entona lo siguiente: "Y es que soy un clásico del punk..."Los Majaderos saltan a un escenario imaginario, una nube de humo negro los envuelve en una especie de burbuja y, como si de un fantasma se tratase, emerge de las tinieblas un ser que no es humano. Majaderín sonríe, ajeno a todo aquello que le rodea. Su piel de espuma huele a esperanza. En sus ojos inmóviles se refleja el beso que el mar le da al cielo. "¿Por qué es tan feliz?", se pregunta uno de los majaderos. "¡Yo que sé, joder! , a lo mejor no tiene costillas. Pregúntale a él, tío.", rechista otro miembro de la banda. "Nunca me contesta, ni siquiera me mira cuando le hablo, no seas borde conmigo, coño".
De repente, algo sucede. El tiempo se detiene, el humo se tiñe de color blanco. Los sonidos que expresa la guitarra, paracen salir de la garganta de un piano. El piano más sereno del mundo. Cientos de gatos caen al suelo a una velocidad casi inexistente, como plumas que se resisten a abandonar su vuelo. En el rostro de los majaderos se cincela una expresión alegre, es una expresión sincera, alejada de la influencia de esa palabra que en castellano se escribe así: MENTIRA.
Los majadaros, presas de un estado de relajación extremo, se acuestan en un suelo plagado de cariñosos gatos. Sus cuerpos sienten un calor extraño. "Vivid, majaderos. Vivid", dice una voz que se aloja en el bombo de la batería. " No penséis que sois los elegidos. No. Estoy aquí porque el mundo me preocupa. Escuché vuestras canciones. Música para ahuyentar a ratas, melodías para causar sordera incurable. Pero he palpado vestigios de algo, no puedo deciros la palabra que lo define, pues, en vuestro diccionario, no está. Nadie escucha vuestras canciones, ¿verdad?" Todos asentimos con la cabeza. "Normal, sois malos. Para detectar lo que yo he detectado hay que abrir esas canciones, penetrar en el corazón de las mismas. Me arriesgué a hacerlo porque el mundo está herido, amigos. Muy herido. Apenas hay huellas que no sigan la senda del éxito, están muriendo los últimos lectores de miradas, ya no se abren nuevas minas de la creación, la Tierra teme a las manos del esfuerzo, llegará a cubrirse con una manta de desidia. Hay una hoguera. Conseguid atravesarla, por favor."
La voz se esfuma. Los majaderos se levantan y corren hasta el bombo. Lo único que encuentran es una hormiga minúscula, que los observa con admiración, como diciendo: "Me encantaría ser un gigante como vosotros".
"¿Nos hablaba la hormiga? Estoy flipando, tío. ¿Cómo es posible?", se pregunta Toni Majadero.
"No es tan extraño, Toni, vivimos en un mundo de hormigas", dice Arturo.
Mientras las preguntas sacuden el pensamiento majadero, cae un papel del techo. Lo curioso es que lo hace como si tuviera el peso de una piedra. ¡PLAS!
"¡Cuidado!", dice David. "¿Cuidado?, pero si es un simple papel", se atreve a decir Iván.
Lo cogen y leen: "Duerme el gato que muere, vuela el gato que sueña".

2 comentarios:

David Suárez Suarón dijo...

Volveremos a soñar

Iván Majadero dijo...

Este mundo no está hecho para alguien como los Majaderos. Sólo hay una salvación:SOÑAR.